Llevaba ya un tiempo
desintoxicada, pero hace poco (sin quererlo) me vi envuelta en una de estas
conversaciones que me encantan. Espero que nadie se moleste, no voy a dar
nombres ni nada parecido, sólo quiero exponer la situación y que la meditemos
mínimamente.
Resulta, que para algunos chicos,
la elección de una chica con la que compartir noches lúdicas-festivas va en
función de algo muy occidental, del reloj. Ese artilugio que miramos más de 100
veces al día, que nos dice cuándo levantarnos, acostarnos, comer, trabajar,
descansar. Ese maldito artilugio del que todas somos presas.
El plan es el siguiente, debes
salir con grandes aspiraciones, con la intención de “hacerte” con la “tia más
buena” del local, y a medida que avanza la noche, debes disminuir tus
expectativas. Si dan las cinco de la mañana y no has conseguido ligar, debes
asimilar que tienes que conformarte con “hacerte a la gorda”. Aunque esta sea,
grosso modo, la idea principal que quiero desarrollar en esta entrada, son
muchas las aristas interesantes que surgen durante este tipo de conversaciones.
Desde pinceladas sobre la prostitución, donde lo que menos importa es la mujer
y sus condiciones, a los cambios generacionales donde las niñas están “muy
espabiladas”. En este último sentido, antes o después salen frases míticas como
“hoy día, a las niñas les salen antes las tetas que los dientes”, o, “ahora las
niñas están más espabiladas, vamos que
si vas a la discoteca puedes acabar con alguna fácilmente”. Como colofón está
el: “cuando eres niño no te das cuenta de que a las niñas de tu edad le han
salido las tetas, pero ahora te fijas y es que…”.
En esta ocasión, no quiero hacer
una valoración de la conversación por no molestar a nadie. Pero sí que voy a
exponer algunas de las dudas que me surgen tras escuchar semejantes pinceladas
de pura poesía.
¿Creéis que Hombres y Mujeres sin
Vísceras está haciendo más daño a la juventud del que hizo Leticia Sabater?
Cuando dicen que se van a “hacer a
una tia” ¿A qué se refieren? ¿A fabricarla? ¿Un corta y pega rollo doctor
Frankenstein?
¿Cuántas “gordas” se han
convertido en lesbianas tras “ser hechas” por uno de estos eruditos?
Quejarte del nivel de
“espabilamiento” de las “niñas”, y fijarte al mismo tiempo en cómo le han
“crecido las tetas antes que los dientes” ¿es como ser obrero y votar a la
derecha?
Y por último, pero no por ello
menos importante, ¿creéis que dentro de las reformas de regeneración
democrática que Rajoy intenta implementar, deberíamos exigir que obliguen a
estos sabuesos a llevar algún tipo de identificación visible, más aún si son
las cinco de la mañana?
No hay comentarios:
Publicar un comentario