viernes, 17 de junio de 2011

¿La Administración del Poder? O ¿El Poder de la Administración?: LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA ACAMPASOLDEÑA

¿Administración Pública? No es más que un organismo encargado de administrar y gestionar al Estado y a otros entes públicos. No es más que el contacto o vía de comunicación entre la ciudadanía y el poder político. No es ni más ni menos que poder…


“El Poder de la Administración Pública” versa el título, y sentada en mi escritorio sin saber bien como dirigir el tema, comienzo a recordar una conversación que he tenido hace un par de horas con un chico llamado Julián. Él, estudiante de políticas, me ha mostrado la otra cara de la acampada en Sol de manera majestuosa y creo que merece ser el tema principal de mi trabajo. Sea porque en estos momentos mi atención y sentidos están puesto en el movimiento 15M, o porque ha llegado a mi un ataque de creatividad, Acampasol va a cobrar vida…

Pensemos por un momento que Acampasol es un Estado, por concretar más una República Democrática. En sus orígenes, la Administración Pública de Acampasol podríamos englobarla dentro de la Escuela de las Relaciones Humanas de Ramió. Es decir, una corriente que defiende que el hombre no se rige por motivaciones de carácter económico, sino por los elementos centrales que rigen el comportamiento humano, es decir, la motivación y satisfacción, son los que guiarán al trabajador. Dejaremos aun lado los elementos normativos y nos centraremos de lleno en la organización informal. En sus inicios funciona, la gente coopera y busca el bien común. Además, como el objetivo primordial no es el beneficio económico, las rivalidades y hostilidades no tienen especial relevancia en Acampasol. Esta Administración Pública, aunque a priori se pueda tachar de escasa en medios, cuenta con todo lo necesario:

Medios personales: a los que se suman, sin rivalidad ni barreras, cada vez más manos para trabajar por un fin concreto. Además, aquí encontramos un hecho insólito, los funcionarios acampasoldeños son felices en su trabajo, lo hacen con gusto y por vocación. Esto tan solo tiene un resultado y es un plus en productividad.

• Medios económicos: que llamaremos, por no salirnos mucho de la partitura, tributos. Pero lo bueno es que en este caso pierden toda connotación negativa, pues son voluntarios y se pueden dar en especie.

Organización, ordenación racional: la Administración Pública se divide y especializa en numerosas vertientes para dar a su pueblo todos los servicios necesarios. Acampasol cuenta con una educación y sanidad de calidad, buenos servicios de limpieza e incluso con fuerzas de orden (aunque en ningún harán gala de la violencia porque los vecinos cuentan con un gran sentido de la buena convivencia pacífica).

Fines o principios: sus principios están claramente asentados. Ser un servicio por y para la sociedad, facilitando todos los trámites necesarios para una buena convivencia y entendimiento entre la clase política y los acampasoldeños.

• Actuación: la Administración Pública sólo y únicamente podrá actuar cuando sus actos sean totalmente lícitos para los ojos de su pueblo.

¿Cuál es el problema? El problema es que Acampasol es una utopía, el problema es que el hombre por naturaleza es egoísta. Mientras Acampasol era un país “no lucrativo”, la Administración Pública podía ofrecer todo lo que sus vecinos necesitaban mediante técnicas totalmente lícitas. Pero los altos cargos públicos de nuestra República se contagiaron se esa peste, enfermedad que en su día los llevo a separarse de España, y comenzaron a monopolizar los puestos más importantes. La toma de decisiones, que en sus inicios se desarrollaba mediante asambleas, se convirtió en un proceso con alta carga jerárquica. El micrófono, símbolo de libertad e igualdad, ya no era un medio de expresión y de unión, ahora era el medio que tanto portavoces como directivos tenían para expresar las órdenes que el pueblo debía acatar. El “amiguismo” para conseguir un puesto dentro de la Administración comenzaba a tener más peso que la verdadera vocación o profesionalidad de los aspirantes.

El sistema se venía abajo a pasos agigantados. Los acampasoldeños estaban más preocupados del enemigo externo (seguramente Estados Unidos) que de atajar los diversos frentes que se abrían dentro de las fronteras de su República. El resultado final fue desastroso, Acampasol había caído en un modelo administrativo burocrático. Un modelo basado en la supervisión y control de las tareas realizadas por los secuaces trabajadores mediante relaciones jerárquico-“profesionales”. Un modelo idealizado de organización basado en un conjunto de reglas legales, racionales y escritas, donde el conjunto organizativo es un todo.

Retomando la pregunta del principio ¿La Administración del Poder? O ¿El Poder de la Administración? Queda claro, no?. Tiene todo el poder para crear y organizar un Estado con unos principios y objetivos concretos, para hacerla funcionar. Pero, como digo, tiene todo el poder para corromperla y hacerla fracasar.