Aún sigo asimilando qué han
supuesto estos cuatro años para mí. Cambiar el Campus de Teatinos por el Campus
de Somosaguas, cambiar Málaga por Madrid, cambiar la Facultad de Periodismo por
la Facultad de Políticas. Después de estos años, no os hacéis una idea de la
cantidad de personas que afirman que me he vuelto más radical, que soy muy poco
tolerante, que “ell@s también eran muy rebeldes de jóvenes, pero que con la
edad las cosas cambian”, que no todo es lucha…
Sabéis en qué pienso yo cuando me
dicen todas estas cosas. O mejor dicho, sabéis en quiénes pienso cuando
vuelvo al pueblo y veo la resignación, la pasividad, el pasotismo, cuando
siento que ya no encajo donde no hace mucho encajaba, cuando soy consciente de
que es cierto que he cambiado. Pienso en todas las personas que me han
ayudado a ser la Rosa que soy actualmente, que gustará más o menos, pero aviso que ha venido para
quedarse.
Pienso en Ali. Para mí eres todo
un ejemplo a seguir. Honesta y consecuente hasta el final. He visto como te han
pegado, como te han identificado sin ningún motivo, y he escuchado como te han
insultado una y otra vez. Pero también he visto como te has levantado, como no
te has amedrentado y has estado siempre en la primera línea. He visto como te
has cabreado cuando no has encontrado una implicación mínima en diferentes
acciones, al igual que me ha encantado ver como te has emocionado cuando las
calles estaban llenas de personas con sed de justicia. No hay mucho más que
pueda decirte que ya no sepas Ali, para mí eres enorme!!!
Pienso en Javi. Creo que hay
pocas personas que puedan hacerme reír tanto, en momentos tensos como los que
hemos vivido. Javi tú eres la gota de cordura que necesitamos para que el vaso
no derrame de una manera poco práctica. Esto lo negaré ante cualquier persona,
pero me pareces jodidamente inteligente, eres una de esas personas que tras una
conversación de “bombas por aquí, bombas por allá” jajajaja te deja dándole
vueltas a todo, sacando ideas nuevas, puntos de vista que no te habías planteado..
Para mí era genial salir sola a una manifestación y encontrarte subido a
cualquier marquesina, cigarro en una mano, cámara en la otra y postura
difícilmente definible. Te prometo que ya me sentía en familia, sabía que Ali
también estaría cerca y (pensándolo fríamente no tiene ningún sentido jajaja)
me sentía segura. Hay personas que se quejan en los bares, otras dedican su
poco tiempo libre a poner su grano de arena por el cambio, gastando incluso sus
días libres en cubrir un Rodea el Congreso… a ti tampoco te puedo decir mucho
más…
Pienso en Juancar. Ácido,
irónico, incombustible. Fuiste una de las primeras personas con las que hablé
cuando entré a Tomalatele. Aún recuerdo nuestra primera conversación en el bar
de El Patio, tras una asamblea. Te decía que no sabía muy bien dónde encajar o
qué hacer dentro del proyecto. Tú me dijiste que llevabas unos cuantos meses y
seguías en ese mismo punto jajajaja. Justo en ese momento, supe que tenía que
estar en vuestro “equipo” de calle. Juancar, lamentablemente, a ti también he
visto como te han empujado e insultado. Pero al igual que con los dos
personajillos anteriores, fuera de aplacarte, esto te ha dado día a día más y
más fuerza para salir. Tampoco puedo olvidar tus respuestas a los medios de
DESinformación, cuando quieren utilizar tu trabajo para falsear y lucrarse. De
nuestras conversaciones con un par de cervecillas mejor no comento nada
jajajajajajaja
Pienso en Laura. Laura tú también
eres una de esas personas que en la calle te lo hacen todo increíblemente
fácil. En una de las últimas manifestaciones, recuerdo que ninguna de las dos
llevábamos casco y comenzaron a cargar en Gran Vía. Te quedaste a mi lado
(porque creo que todos somos conscientes del despiste que tengo) hasta que
dejaron de dar hostias gratuitas y nos pusimos a la altura de Ali y Javi, y
realmente te lo agradecí. También recuerdo muchos momentos de los que pasé contigo
durante la huelga de Jorge y algunas conversación que mantuvimos. Hay personas
que temen hacer huelgas por miedo a perder su trabajo, pero también las hay que
no dudan en anteponer sus valores y principios a un trabajo, buscando con ello
crear un clima de justicia laboral para todos y todas… Nada más que añadir.
Pienso en Funko. Funko me he ido
de Madrid y al final no te has cobrado las cerves que te debo...jajaja Soy
olvidadiza, pero recuerdo perfectamente la primera cerve a la que me invitaste
donde aún ni me conocías. Pocas semanas después, durante otra manifestación
donde el agua fue aliada de la policía, me invitaste a un té. Bajaban los
manifestantes a Ópera chorreando y nosotros pensando, “no hay nada en twitter,
no estará pasando nada serio” jajajaja. Esos pequeños detalles que te hacen
sentirte poco a poco en familia. En este último tiempo, lamentablemente, te he
perdido un poco la pista, pero lo genial es verte tras meses y que nos echemos
las risas que nos echamos. Si no llegas a aparecer mi última noche, nada habría
sido igual. Además, sabes que cuando tuve problemillas personas un poco
seriotes, fuiste una de las personas a las que acudí y, como no podía ser de
otra forma, recibí la mejor de las respuestas. Gracias Funko!!
Pienso en Isabel. Es una pena
haberte conocido tan tarde, pero he tenido el placer de compartir contigo los
momentos necesarios para recordarte siempre con una sonrisa en la cara. Bien es
cierto, que muchos de estos momentos estaban bañados en litros de cerveza
jajajaja. En muchísimas ocasiones, me pregunto cómo personas con inquietudes,
valores, comprometidas con la sociedad, con formación y ganas como tú, no
tienen una oportunidad en el mercado laboral. Pero llego rápido a la solución,
y es que personas como tú no encajan en un sistema tan podrido y corrupto.
Pienso en Capin. De todos recuerdo momentos
puntuales y contigo no podía ser diferente. La primera vez que hablé contigo
fue tras tu detención. Te había visto en muchas manifestaciones, pero nunca
habíamos intercambiado ninguna palabra. Me acerqué y te pregunté que cómo
estabas. Me dijiste que genial, que no te habían quitado las ganas de seguir en
las calles, sino que al contrario, que volverías con más fuerza. Realmente me
encantó escuchar tu respuesta, me transmitiste muchísima fuerza. También
recuerdo cuando tras una manifestación, fuimos a tomar cervezas. Entramos a un
bar, y además de dejar a la gente con la cara blanca y mirándonos como a locos
por los comentarios y conversaciones que teníamos, recuerdo tu entrada… dijiste
algo así como “si, como los gilipollas que van a los bares y piden que le
pongan el café en vaso. Se pensarán los idiotas que les entra más café”
jajajajaajajajaja. A todo esto, Javi te miraba diciendo en voz muy bajita,
“pues yo los prefiero en vaso…” jajajajaja.
Hay muchas otras personas que me
dejo en el tintero como Sara o Ana. Muchas personas con las que, por falta de
tiempo o por no darse las circunstancias, no he podido compartir tantos
momentos como me hubiera gustado. Pero también hay muchos con los que he
compartido más tiempo del que merecen. Muchos a los que se les llena la boca
hablando de objetividad, independencia y no sé cuantas mierdas más, y sólo buscan
ser o bien el reportero-progre de moda o directamente la noticia. Y hablo en
masculino, que no en masculino genérico, por no poner los nombres y apellidos
de estos machirulos... Es gracioso que estos mismos machirulos, de los que
tantas escenitas he presenciado, sean los mismos que luego recriminan a
compañeras (mujeres, oh! Qué casualidad) comportamientos que ellos consideran
poco profesionales. Amiguitos, la próxima vez que abráis la puta boca con la
intención de ladrar, pensadlo dos veces. Una vez os la podemos pasar, tenemos
que conocer el grado de retraso antes de contestaros, pero ya dos… NO. Recordad
que es el hombre, no la mujer, el que tropieza dos veces en la misma piedra
(#PrimerAviso).
Para despedirme con buen sabor de
boca, vuelvo a las personas importantes. Vuelvo a vosotros, mi familia
madrileña. No quiero decir mucho más porque he tardado en escribir esto casi
una semana, antes me era imposible…
Sólo quiero daros a tod@s y cada un@ de vosotr@s las gracias por
dejarme compartir tantos momentos. Por hacerme sentir en familia y segura, por
enseñarme tanto. Gracias por ayudarme a mantener la esperanza en las personas,
por ayudarme a creer que el cambio puede estar cerca, gracias por seguir día a
día en calle.
Desde que regresé a Jaén, he sido
incapaz de ver ningún streaming o vídeo. Para mí es mucho más fácil estar a
vuestro lado, que ver como os reprimen y joden desde una pantalla. Sé que no
voy a poder hacer mucho durante el próximo año desde el exilio, pero si creéis
que os puedo echar una mano, con lo que sea y cuando sea, no dudéis en
decírmelo.
¡Os echo muchísimo de menos!