viernes, 4 de noviembre de 2011

¿Qué es la política? Dame fútbol y dime tonto


¿Qué es la política? Según la RAE es un “arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados” o una “actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos”. Para mí la política es EL medio. Es el medio de alcanzar los fines a los que aspiro, es el medio de mejorar la sociedad, de cambiar lo que no me gusta, es el medio de traducir en políticas lo que los ciudadanos piden, en definitiva, es un medio para crear o fomentar la conciencia.

“Los políticos son todos unos ladrones”, “la política es un cáncer para la sociedad”, los más avispados, en un arranque de originalidad, se atreven con el “no hay pan para tanto chorizo” y así podría seguir escribiendo un largo etcétera. Pero ¡que posición tan cómoda! Para qué voy a luchar, para qué voy a trabajar por cambiar esta situación que me parece sumamente lamentable si no voy a conseguir nada. Como buen español, mejor me quejo gratuitamente de lo mal que está la sociedad, de lo bien que interpretada que está por nuestra clase política la obra “Amigos de los Ajeno”, y si puedo, boicoteo algún acto político y así cierro lo que algunos consideran su aportación a la sociedad.

Pero madre mía ¡qué pena!, qué pena y qué impotencia siento cuando escucho a personas quejarse sin tener unos argumentos sólidos que no se caigan al primer contra-argumento. La población se limita a ser un mero reproductor de mensajes televisivos que han escuchado en alguna cadena “amiga”. La televisión te dice en qué debes centrar tu atención y cómo debes hacerlo, esperando que como borreguitos nos limitemos a ello. Conclusión: sino copas ningún espacio televisivo no existes. Los políticos roban, son todos unos corruptos, los ideales están muertos, la vocación política no existe (y hay quien duda de si existió alguna vez). Todos entran en el mismo saco. Da igual que intentes por activa o por pasiva que la población conozca tu programa político, no sirve de nada tener en tus listas a personas que para ti suponen un referente, da igual que grites a viva voz ¡¡rompamos con el bipartidismo imperante en este país!, que propongas medidas para mejorar la educación o la sanidad… para la gran masa de la población todos son PPSOE. (Sin entrar en los comentarios de la “falsa libertad moral”, porque aún hay quién se cree libre de la sociedad capitalista, se cree un alma despojada de todo tipo de contaminación económica o política, pero eso sí, remando solo para sus intereses con sus ahorros en diferentes bancos y consumiendo como él que más…)

Mientras no falten las revistas del corazón, los programas de entrepierna o alguna novela donde un tal Fernando Carlos Alejandro (hombre de aspecto tosco y muy varonil) y la Dulcinea de turno se juren amor eterno, mientras esto no falle, la fórmula del éxito esta garantizada. Pero cuidado, que mis palabras no lleven a equívocos ni a adoptar una visión sexista de lo que acabo de exponer, porque se me olvidaba mencionar la nueva posición del fútbol como el nuevo y revolucionario opio del pueblo. No sé exactamente de que se componen cada uno de estos elementos, pero tras consumirlos las personas entran en un trance difícil de superar. Nada puede perturbarlos, nada puede conseguir sacar de ellos algo coherente o positivo que revierta en la sociedad. Sólo su odio común hacia la clase política puede causar en ellos algún tipo de emoción más allá de Salsa Rosa o El Larguero…

Si la población dedicase la mitad del tiempo que dedica a parlotear sobre estos asuntos, a tratar temas que verdaderamente les afectan… otro gallo nos cantaría. Pero el problema no lo tiene este porcentaje de población que expresa abiertamente su desaprensión por la labor política, desconfianza y desinterés (desarrollado en su mayor parte por el pasotismo y por el desconocimiento) ya que este movimiento está de moda. El problema lo tengo yo. El problema surge cuando intento explicar a la gente que con 23 años me siento comprometida con la política (que no con los políticos). Siento que como ciudadana de un estado democrático debo hacer mis deberes y no sólo gozar de mis derechos. La sociedad ha olvidado que los políticos son nuestros trabajadores, deben velar por nuestras necesidades, deben rendirnos cuentas en todos sus movimientos políticos, al igual que buscar nuestra aprobación para cualquier medida a tomar. ¿Lo hacen? NO, ¿Por qué? Porque se enfrenta a una sociedad sedada, una sociedad que se ha puesto la chaqueta de sumisión para aceptar, aunque impotente y cada vez más indignada, los embistes que estos señores desde su alta esfera estén dispuestos a darnos.

Me hago cargo de que es sumamente difícil poder hacer bien tus tareas “de buena ciudadana” cuando estás buscando trabajo, cuando no tienes para comer, para pagar la hipoteca, para mantener a tus hijos, cuando en definitiva, tus necesidades básicas dejan de estar atendidas por un Estado despilfarrador especializado en “primas” y demás caprichos. Pero este cambio pasa por nosotros, por todos y cada uno de nosotros…

No pienso pedir el voto para ningún partido, pero animo a pensar en ello por minutos…

1 comentario:

  1. LA FUENTE Q NO LA HE PUESTO ES DE UNA OBRA DE FREEMAN "¡ES LA FINANCIALIZACIÓN!"

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