sábado, 17 de septiembre de 2011

Mi primer y último día de trabajo… QUE NO OS ENGAÑEN!! (el famoso discurso…)

Llegó el lunes de la mano de una gran resaca producto de mi primer festival ¡¡EL GETAFE EN VIVOOOOO!! He dormido menos de 5 horas, está sonando el despertado y tengo que ir a trabajar… no me lo puedo creer….
            Pero venga Rosa necesitas el dinero ¡¡tú puedes!! el dolor, las contracturas y demás magulladuras no te pueden impedir ir a tu primer día. Así que me levanto temprano, me ducho, me arreglo y al fotomatón del metro. Pongo la mejor de mis sonrisas y aunque las ojeras son casi imposibles de disimular ¡¡mira… si salgo bien en la foto y todo!!

Con un empanamiento que no es ni normal me equivoco de línea y el trayecto que no debería tardar más de 15 o 20 minutos acaba en unos 35 y ¡¡joderrrrr llego tarde!! Me justifico diciendo que había un trafico horrible, entrego lo que me pedían y me dan mi carnet de “hola, soy la chica que te va a dar por culo hasta que te apuntes a Cruz Roja”.
            Entro en la habitación del terror donde me van a dar mi hora diaria de formación. De aquí viene la música que si ya en el recibidor era ya difícil de soportar, en el centro de eclosión imaginaros… en teoría es una técnica para que aprendamos a hablar alto y nos dejemos las cuerdas vocales en el intento. Hechas las presentaciones empiezan a explicarme cual va a ser el discurso que voy a tener que repetir de puerta en puerta. No debería decíroslo pero me habéis caído bien, así que vamos…

            Primera lección: nosotros vamos casa por casa. ¿Por qué? Porque no estáis tan estresados como en la calle o en el metro. Porque el factor sorpresa tiene su miga. Y lo más importante, porque en casa tenéis con total seguridad el preciado número de la cartilla del banco.
            Segunda lección: en qué consiste el discurso. No te presentes como “hola soy de Cruz Roja” debes intentar caerle en gracia a la persona que te abre la puerta. Pregúntale qué está haciendo y si necesita ayuda, dile que te invite a comer algo. Si es inmigrante pregúntale de dónde es, cuánto lleva aquí ¡¡¡y muy importante!!! pregúntale si sabe hacer la tortilla de patatas (una broma inofensiva que siempre cuela). Todo esto con una gran sonrisa en la boca. Cuando ya tengas a la persona medio camelada, preséntate y dí que eres de Cruz Roja. Cuéntale muy brevemente (no por resumir, sino porque si nos sacan de las cuatro cosillas nosotros mismo nos perdemos) en qué consiste la labor de esta ONG y termina formulando la pregunta clave “¿te parece bien lo que hacemos, no?”
            Tras la pregunta no hay lugar a dudas, a todo el mundo le parece bien que les des juguetes a los niños, comida a los necesitados, mantas etc. etc. etc. con lo cual llega el gran momento. Siéntete como Fernando Alonso llegando a la meta, acelera y no dejes tiempo a que la persona piense ¡¡¡pídele el número de cuenta!!!
            Tercera lección: hay compañeros (y esto sólo lo comento para que estéis avisados pobres inmigrantes desamparados…) que son capaces de decir que su madre es Rumania, que tienen dos o tres hijos apadrinados en la India o que su próximo viaje humanitario tiene como destino Perú. TODO ES MENTIRA. No les importa tu país, tus circunstancias ni nada que tenga que ver con tu entorno. No les importa si tú estás para recibir más ayuda de la que puedas aportar o no, sólo te ven como un número. ¡¡Y ojo Españolitos de clase media-baja!! Cuidado que vosotros tampoco estáis fuera de peligro, en esta selva del dinero no hay lugar al patriotismo.
            Todo se reduce a números. Para trabajar en esta empresa tienes que hacer un mínimo de captaciones todos los días y este número depende del tiempo que lleves en la empresa. Si llevas menos de un mes con una al día va bien, si llevas más de tres meses tienes que hacer un mínimo de tres al día. Además, como las aportaciones van de 10 euros a lo que la persona pueda dar, la comisión de estas sucias ratas rastreras también varia en función de esto. Quizás este sea el motivo por el cual cuando llegas te dicen,  los socios de 10 euros al mes casi que no cuentan. Además, tus superiores para lograr una oficina propia Por cierto… he comentado que las comisiones suelen ser mayores que la propia aportación del socio... INDIGNANTEEEEE!!!

Quizás el venir de familia de curritos y el saber que yo en un futuro seré otra currita me impide engañar a estas personas. Quizás mis padres se esforzaron tanto en educarme que no me planteo, por mucho que necesite el dinero, en trabajar para unos ladrones. Quizás…
            Pero una cosa tengo clara. Un solo día en esta empresa me ha bastado para darme cuenta de la gran estafa que suponen estas ONG. No les vale con el dinero que reciben del Gobierno. No tienen bastante con los socios que trabajan en el terreno por pura vocación. No es suficiente con las aportaciones materiales (juguetes, ropa, calzado…) que reciben de miles de personas que apenas llegan a final de mes que TIENEN QUE PLANIFICAR UN PLAN TOTALMENTE CUADRADO PARA SEGUIR ENGAÑANDO A POBRES DIABLOS…

Por no calentarme más prefiero dejarlo aquí… con la única esperanza de pensar que no todas las ONG son iguales…

 (Por cierto señor Pachón gracias por la conversación que me ha ayudado a perfilar esta entrada)

viernes, 16 de septiembre de 2011

“Usted ha sido seleccionada como candidata a nuestro puesto de trabajo. La entrevista será mañana a las 10:00”

No me lo podía creer ¡¡mi primera entrevista de trabajo!! ¿Qué me pongo? ¿Qué esperarán de mí?

Llego al sitio citado como 10 minutos antes (llegar tarde a tu primera entrevista no es de recibo) y me encuentro una habitación con 2 chicos y 2 chicas. Obviamente nadie habla, ¿cómo hablar y de qué con él que posiblemente te quite tu puesto de trabajo? Saltándome todas las reglas no escritas que ya tenían impuestas estos cuatros chicos, me siento al lado de uno de ellos y empiezo a hablar con él. Resulta que es majísimo, ha trabajado de taxista, comercial, vendedor… un tipo muy variado e interesante. No es su primera entrevista pero la manera de agarrar los folios y estrujarlos, me dice que no debo pedirle consejo.

La oficina no sabría definirla. Una chica no deja de entrar y salir, la música (que no llega a ser hardcore pero está cerca) me taladra el oído por el volumen y por fin… nos hacen entrar a todos a una habitación. Como en una reunión de alcohólicos anónimos tenemos que presentarnos y contar un poco qué hemos hecho y en qué ámbitos. Después de escuchar a un sociólogo y a un matemático-ingeniero y no sé cuántas cosas más que este hombre había hecho me toca a mí. “Hola soy Rosa” sólo con esas palabras el joven entrevistador con cara de sombrerero loco sonríe y viene la pregunta ¿tú de dónde eras? Obviamente no se ha leído los CV y le ha hecho gracia mi acento (no lo imita porque en teoría estamos en un momento de cierta seriedad). Pasado este punto y aprovechando para mandar un besazo enorme a todos los andaluces, volvemos a mi presentación. Le cuento un poquito mi escasa experiencia y le paso la palabra al compañero taxista, que con tanto movimiento de papel creo que o habla ya o muere en el intento.

Hechas las presentaciones el sombrero, de pelo desenfadado intentando ocultar su incipiente alopecia, nos explica un poco de que trata el trabajo…
            …pero ¡¡joder!! cómo dejar escapar este trabajo si tal y como lo ha pintado es lo que yo buscaba. Un curro donde se trabaja poco, en buen ambiente y ganando mucho dinero. ¿Qué hay que hacer os preguntaréis? Captar socios para Cruz Roja con una sonrisa de oreja a oreja.

Terminada la reunión sólo los elegidos pasarán a la otra prueba sobre el terreno. De los 6 que entramos aparecen 2 bajas. Super contenta me dirijo a conocer a mi “entrenador”, un chico de mi edad más o menos, muy amable y simpático.  Entre unas cosas y otras, la entrevista que era a las 10:00 son ya cerca de las 12:00 y sigo sin saber nada. Nos vamos todos (como una buena secta) a desayunar, o al menos yo entendía que era un desayuno. Me pido una fanta como el resto de nuevos pardillos, mientras que los “veteranos” (y lo entrecomillo porque el que más lleva es el jefe y es su primer año) se jartan de tortilla de patatas y demás tapitas de bar. Dicen que la experiencia es un grado y no es mentira, los veteranos sabían que no volveríamos a parar hasta las 17:30 -18:00 por eso se llenaban la barriga, sin contar este detalle a los pobres conejillos de indias que miramos con cara de “no veas como desayunan los muertos de hambre estos”.

12:30 y empezamos a trabajar. Yo sólo tengo que mirar como lo hace mi entrenador y él observar como reacciono yo ante las diferentes situaciones. Es una situación extraña donde ambos estamos a prueba pero sólo terminaré siendo puntuada yo. Y ahora es donde entra en juego la formación que la propia empresa nos facilita para engañaros a vosotros pobres curritos!! El discurso, que después os comentaré en qué consiste, está totalmente preparado para haceros sentir mal por tener una casa y comida que llevaros a la boca. Y como siempre, para qué ir dirigido a los que más tienen que ya sabemos que no van a dar nada de nada. Este discurso tiene como principal receptor curritos, inmigrantes, madres solteras y demás pobres diablos que tengan lo justo para echarse a la boca y los obliguemos a compartirlo con nosotros.

RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINGGGG las 15:30 llegó mi libertad. Mi entrenador me da permiso para pirarme y aunque ya me anticipa que si que voy a ser seleccionada, me dice que me llamará a las 18:00 para decírmelo con toda seguridad.
RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIINGGGG 18:00 ¡Rosa uno de los puestos es tuyo! El lunes a las 10 en la sede con una foto, tu cuenta del banco y tu DNI.

Mañana os cuento mi primer día de curro…